lunes, 26 de septiembre de 2016

Chicas felizmente casadas




Aunque iba para farmacéutica por condicionantes familiares, Edna O,Brien acabó haciendo lo que más le gustaba y probablemente mejor se le daba, escribir. La novela que nos ocupa es la tercera de una trilogía que daba comienzo en Las chicas de campo (1960) y que continuaba con La chica de ojos verdes (1962). Esta novela es del sesenta y cuatro y cierra este proyecto que tiene la ventaja que consta de partes nada dependientes las unas de las otras, no he echado en falta haber leído los anteriores, desde el primer capítulo he entrado sin dificultad en la historia de estas dos amigas tan distintas, Kate y Baba casadas sin el más mínimo atisbo de felicidad, el título es puro sarcasmo. Los capítulos se alternan entre ambas amigas aunque en algunos aparezcan ambas pero desde el punto de vista de la que escribe. Los capítulos de Kate son narrados en el clásico y habitual estilo directo y los de Baba son un cruel y satírico monólogo interior donde su conciencia no deja títere con cabeza. Los capítulos de Kate entristecen, los de Baba te pueden hacer reír aunque nada ocasionalmente es cruel y algunos-as lectores-as se han quejado de que Baba en las dos primeras novelas no parecía tan terrible y que al darle la escritora luz a sus pensamientos se ha revelado terrible. En cualquier caso funciona. Tiene reflexiones francamente brillantes y complementa muy bien a su amiga, te libera de la congoja de las peripecias de Kate. Nótese el admirable primer párrafo de la novela que te mete en situación desde el principio y te da las claves del resto de la novela con aparente sencillez. Pero la novela no tiene nada de simple.

Hace poco nos lamentábamos Kate Brady y yo, mientras tomábamos unos tristes gin fizz en un bar del centro de Londres, de que nada nunca iría a mejor en nuestras vidas, de que moriríamos en el mismo estado en que nos encontrábamos: bien alimentadas, casadas, insatisfechas”     

La autora trata temas como el del miedo a la soledad, el de la religión en una sociedad tan católica como la de esa vieja Irlanda sesentera de la que nos habla(aunque ahora viven en Londres, las costumbres del grupo irlandés perviven), la hipocresía, la progresiva liberación de la mujer del patriarcado(por lo que leo, bastante lejana entonces), el tedio de los acomodados, la necesidad o no de la sexualidad, la necesidad o no del amor, el miedo al paso del tiempo… Y mucho más.

Yo me quedé en la butaca, repasando el año y medio que llevaba en Londres, los hombres que había conocido en ese tiempo y el hartazgo que me producía tener que mantener los tacones y la cara impecables para cuando llegara el Don Perfecto que se suponía tenía que llegar algún día” pág.15    

“¿Cómo podía explicar lo que le provocaba cruzarse con su marido en el rellano de las escaleras de su propio hogar y comprobar que su reacción era mirar para otro lado y toser educadamente como si estuviese ante una persona deforme?” pág.37

Esta trilogía se publicó a lo largo de unos pocos meses del año pasado por Errata Naturae y la edición es muy cuidada. La traducción de Regina López respeta el estilo nítido y directo de la narradora y fluye. Me recuerda la experiencia de lectura que tuve con Banville hace poco, adictiva hasta no poder dejarla. Como entrar en el cerebro del escritor. Pero Edna O,Brien es incluso mejor. A medida que avanza se acelera la historia. Sin prisa pero sin pausa, con un dominio admirable del tempo narrativo.

“Kate siempre había creído que las personas que se habían amado conservaban la huella de dicho amor en su interior, por ínfima que fuese, pero Eugene(su marido) no.” Pág. 140  

Ambas amigas afrontarán una idéntica situación de dos modos distintos. Con una estructura admirable, de un modo tan natural que rehúye el adoctrinamiento, con pequeños detalles narrativos que cuentan más entre líneas y que por su sutileza suman el doble... Edna O,Brien escribe una novela que me obliga a retroceder sobre mis pasos y buscar las anteriores dos partes de su trilogía. Puede que también lo que sigan queriendo publicar de esta señora no sé si feliz o infelizmente casada, a quién le importa, felizmente escritora.  

2 comentarios:

  1. Me has dejado muy muy intrigada con los monólogos de Baba.

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  2. Bueno, a pesar de la crueldad de la que hablo solo dice lo que la mayoría de las personas piensan cuando están solas. Aquí con mucho sarcasmo.

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