lunes, 17 de junio de 2013

Pensad en Flebas

Es la última vez que me justifico por leer novela de género. Y además nadie me lo pide. Mi amor por las letras nació con los cómics y germinó con la literatura de género. Después ya llegó la madurez y la pedantería. Pero en los últimos tiempos y a la luz de la experiencia no veo motivos por los que este tipo de literatura no pueda competir con el mainstream en igualdad de condiciones. Muchas novelas "realistas" premiadas apenas tienen un par de ideas para sostener el premio y mucho menos un volumen de trescientas páginas. En cambio otras novelas menos dignificadas por las academias pertenecientes la ciencia ficción, el terror o el género negro esconden joyas entre sus páginas. Y algunas incluso estilo.
No sé si estilo es lo que tiene esta novela de Iain M. Banks, tal vez no es ese su fuerte. Lo que sí tiene son ideas magníficas y un ritmo brutal. Setecientas páginas de imaginación futurista, aventuras macabras y sangrientas pero verosímiles(si eres capaz de entrar en su mundo y suspender la credulidad), de reflexiones escondidas sobre los que creen en el avance de la tecnología y la ciencia frente a los más tradicionalistas(y aunque parece que el autor se decante por unos, no es del todo así) y sobre la crueldad de la especie humana aunque en realidad lo que se dice humanos salen más bien pocos por no decir ninguno(aquí hay otras especies de forma antropomórfica y similar a la nuestra pero otra cosa). Naves tan grandes como planetas y algunas escenas de acción que se desarrollan durante cien páginas sin respiro y pueden agotar a mucha gente. Las críticas adversas le llegan a esta novela porque a veces abruma el exceso. Pero la anécdota central dónde el héroe acaba en una isla en un planeta extraño con carnívoros religiosos es de lo más original que he leído nunca. No quiero explicar nada para salvaguardar la sorpresa de los afines a este género que puedan estar interesados pero el autor consigue miedo y asco y tensión con el simple arte de escribir frases. Estoy curtido en estos menesteres pero todavía me llevo sorpresas. Cuidado con los estómagos frágiles, aviso.
Y por supuesto, si la novela sólo fuera pirotecnia pues se quedaría en interesante y ya está pero como indicaba más arriba puedes reflexionar sobre esos dos mundos enfrentados que se parecen tanto al nuestro. La ciencia ficción suele funcionar así, trasladando el mobiliario del presente al del futuro y haciendo hipótesis sobre como degeneraremos(o no).
Iain M. Banks continuó esta novela en muchas entregas más que incluso aseguran por ahí que son mejores. ¿En serio? ¿Es posible? Solía alternar esta saga con novelas del mainstream no menos crueles pero sí probablemente más premiadas. “La fábrica de avispas” sobre un joven con disminución psíquica que vive con su padre me impactó en su momento. Ambas tendencias de la narrativa del autor compartían lo imaginativo con lo cruel y alguna que otra escena especialmente epatante. Siempre sorprendían. Y ahora hablo en pasado porque leyendo la novela supe que nuestro escritor se estaba muriendo de cáncer. El pasado nueve de Junio nos dejó.
Descanse en paz, sus libros siguen vivos aunque yo lo haya descubierto más bien tarde.
Dejo como epitafio su cita de la wikipedia:

"Escribo porque me gusta, me divierte, he dedicado la mayor parte de mi vida a hacerlo mejor, y puedo vivir de ello: no hay nada como un día de trabajo."