Mi tocayo escribe bien. Ya me lo
habían dicho y por eso recalé en su literatura pero claro, hasta que no lo lees
con tus propios ojos no te lo acabas de creer. Especialmente porque la
literatura es algo lo suficientemente íntimo como para desconfiar hasta de tus
mejores recomendadores. Porque no
siempre tienes el cuerpo para cierto tipo de literatura o porque ninguna
persona es tan igual a otra que le vayan a gustar siempre los mismos libros en
el mismo instante, del mismo modo. Pero a Sergi (que no puede ser Sergi como yo
de ningún modo porque él es madrileño y esa forma del nombre no se lleva) me lo
recomendaban hasta en la sopa si esta era de letras.
Así que me fui a una biblioteca
especializada en novela negra que suele cumplir cualquier deseo relacionado con
espías, crímenes y demás que se me pase por la cabeza. Pude leerme aquel ensayo
sobre España que ha hecho pero tenía que caminar más y hasta otra biblioteca
que me obligaba a caminar mucho un día en que excepcionalmente no me apetecía
hacerlo.
Y probé con “No habrá más enemigo”, su primera novela. Con la que quedó
finalista. También me llevé un libro de Salman Rushdie porque estaba allí y era
novedad pero eso ya para otro día.
Y sí, el libro me enganchó desde la
primera página. Me enredé en la historia de ese personaje que una vez al año es
convocado mediante mensajes por una misteriosa chica para quedar aquí, allí, en
Portugal, en su casa o en la de otros y tener sexo salvaje. Sólo una vez al año
y luego silencio y más misterio. Con encuentros cada vez más subidos de tono y
hasta diría que violentos. La chica parece conocer tan bien la vida del
personaje principal como este o nosotros desconocemos la suya. A ratos casi
parece que estemos en una novela sobrenatural porque ella le conoce tan bien
que parece un sueño que se le aparece ocasionalmente para cumplirle los sueños
por motivos que claro, también desconocemos.
La historia se la narra a una segunda
persona del singular y eso no me acaba de gustar pero luego descubrimos que ese
tú es un tal León, personaje que aparecerá en la segunda parte de la novela.
Y este es el único pero que le veo al
asunto. Que la novela tiene cuatro partes que son como cuatro historias muy
distintas e independientes aunque de algún modo estén relacionadas. A mí todos
esos misterios me acaban agotando y hasta me pierdo porque se complica tanto
todo que mi reducido intelecto no parece llegar. Por más que no paso una sola
página sin llevarme una frase poética a los ojos o una imagen de auténtico
escritor de raza.
Durante más de media novela el
argumento me fascina pero luego siento que va decayendo. Y que lo que tanto me
importaba descubrir se diluye en nuevas historias que ya no están al nivel del
portentoso inicio.
Aún así este es un escritor al que
voy a seguir. Seguramente le premie como hago con los grandes y me rasque el
bolsillo por él, tanto me ha gustado a pesar del gran “pero” que incluyo más
arriba.
Estoy seguro que un tipo tan
inteligente como él no puede hacer otra cosa que mejorar. Algo me dice que
pronto estaré reseñando otra de las suyas. Quiero más de Sergio del Molino.
Todo lo que pille.