domingo, 3 de abril de 2016

Las teorías salvajes


¿Sabes cuando estás en la playa y metes el pie en el agua y está muy fría y tratas de hacer el cálculo de si te conviene entrar de golpe o poco a poco y exponerte a las salpicaduras de los patanes y por tanto, a una tortura lenta? Pues cálculos como esos hago al entrar en novelas a las que ya se les ve el plumero desde la primera página o el primer capítulo. Abro el libro y trato de entender su temperatura intelectual. Si la prosa es densa, difícil, ya sé que voy a tener que entrar lentamente en el libro, abandonar el piloto automático y leer con todo el intelecto y sin distraerme mucho. Porque sí, hay libros tan sencillos que casi me permiten leerlos y hacer otra cosa como ver la televisión o escuchar conversaciones en un bar. Esos libros sencillos te permiten leer sin pensar y regresar y no perder ni aún así el hilo. Esos son de chapuzón rápido. Entro y salgo de ellos de golpe.  
Con Pola ya vi que el asunto pintaba esforzado. El apellido es como su prosa, Pola Oloixarac, escurridizo, difícilmente aprehensible.
Pero esta argentina nacida en el setenta y siete era uno de los veinte mejores escritores jóvenes elegidos hace unos años por la prestigiosa revista Granta. Y yo los estoy desgranando todos. Poco a poco los leo con interés. Algunos de ellos como Patricio Pron, Andrés Barba o sobre todo Alberto Olmos, me gustan.
Pero Pola me parecía demasiado experimental. Me pasaba como con el chileno Carlos Labbé, una invitación constante a abandonar el libro. Prosa farragosa y pretenciosa centrada en el experimento pero sin placer. Aunque los sueltos de información de la novela de Pola me atraían algo más que lo del chileno.
De todas formas sí leía frases ocasionales que mostraban una de esas famosas teorías salvajes del título que me parecían interesantes. Mucho. Pequeñas sugerencias que en una página de Pola podían dar para la novela de otro que no fuera ella. Y seguí leyendo. Y el libro iba consiguiendo que le encontrase más y más virtudes. Porque está lleno de ideas. Y es transgresor. No es amable con el lector pero es bueno que la literatura no sea complaciente. Esta escritora tiene el valor de escribir como quiere sin hacer concesiones, si se te atraganta lo que lees como un polvorón navideño en la garganta te jodes.            
                              
Pocas veces se tiene el placer de apreciar que se ha ganado una discusión en tiempo real, simplemente porque a las personas no les gusta cambiar de opinión en público”     

Además de teorías salvajes hay lirismo. Escaso pero evidente y sin cursilería:    

La leve distancia que media entre el mundo y yo consiste en una pollera negra hasta la rodilla, una blusa de satén verde, botitas zaparrastrosas de cuero, cortas.”

Y opiniones políticas o sociales o antropológicas:

Los grandes líderes perecieron en el momento en que no supieron revolucionar su propia revolución
El libro no tiene una historia al uso pero sí pequeñas historias. La de una pareja de personas feas que se unen por esa afinidad en lo deforme que se hacen amigos de una pareja de guapos. La historia de la chica que se quiere merendar sexualmente a su profesor de facultad. La de la chica que escribe cartas a Mao. Todos estos personajes están en la facultad de filosofía de Buenos Aires o en sus aledaños y están preparando algo. También hay continuas alusiones a costumbres antropológicas y la historia de alguien que buscaba una teoría psicológica para explicarlo todo…
Es un libro en el que hay tanto que no se puede leer de un tirón. Yo sí, no puedo dejar de hacerlo aunque creo que se indigestaría menos a sorbos. He leído algunas críticas negativas que lo tachan de ilegible. Peor para ellos pero es cierto que no se lo recomendaría a lectoras de “50 sombras de grey”. Ni siquiera de Mario Vargas Llosa. Esto es very high level lector. Halterofilia mental. Esfuerzo nivel Pynchon, David Foster Wallace y cosas así. Si ves que no, déjalo, no es para ti. Y no pasa nada. No es cuestión de inteligencia, es más bien cuestión de haber leído mucho o poco y en correcta gradación, supongo. In cluso es cuestión de tener paciencia o ganas o tener el día. Bueno, mejor lo dejo porque lo estoy estropeando más.
A ratos la prosa de Pola me recuerda la de los manuales epistemológicos que leía en la universidad. Sólo que estos no tenían sus frecuentes arranques de imaginación, su sentido del humor, su transgresión (el sexo aquí es cuando menos extraño, salvaje como sus teorías, la narradora no parece un hombre o una mujer, solo un extraterrestre sin humanidad que nos disecciona sin impresionarse mucho por lo que descubre).  

 “La pasé muy bien con vos esta noche, ¿sabés? Dijeron, moviéndose, los labios de Collazo, y el rastro de sus ojos reveló el eslogan: Tranquilizar a la gatita, hacerle saber que me gustaría algo más.”   


Es curioso que este sea el segundo libro vanguardista, transgresor, extraño o excéntrico que leo en poco tiempo y sin buscarlo (recordemos el de Rita Indiana de hace poco). Pero yo diría que Pola va un  poco más allá. A partir de ahora me toca seguirla en su blog melpomenemag.blogspot.com(aquí os hacéis idea de qué va, leyendo una entrada suya) o en su nueva novela “Las constelaciones oscuras”. Esa cabeza suya está repleta de ideas. Aunque creo que le pierde que es una escritora para escritores, lo siento por la etiqueta. Pero una escritora también muy valiente. De las que escriben sin pensar que siendo menos geniales tal vez venderían más. Aunque se querrían menos a sí mismas.  

4 comentarios:

  1. El libro no sé cómo estará, pero tu post me encanta. Voy a echarle una ojeada a su blog, aunque llevo una temporada en la que me cuesta concentrarme en las lecturas y prefiero cosas ligeras.

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  2. Creo que su blog lo tiene descuidado. Pero ya verás que rara... es. Si te cuesta concentrarte en las lecturas, procura que eso no vaya a más. Y desde luego no te acerques a esta novela ni loca. Yo no lo podría hacer tampoco en cualquier momento. Hay épocas que me apetecen libros ligeros. Y de cómo es este te avisan incluso en la contraportada cuando uno dice que "es muy valiente su literatura". Y tanto... Como para no querer venderla.

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  3. Pues con la poca concentración que tengo últimamente mejor no me acerco a este libro, que igual ahora mismo hasta me pierdo con 50 sombras de Grey, jejeje... Bromas a parte, me ha gustado tu reseña y esa cita del libro sobre la discusión.
    A Andrés Barba, que mencionas, lo leí hace dos o tres años y m gusto y quisiera leer algo más de él si encuentro algún día más tiempo, creo que incluso llegue a hacer una reseña,

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  4. Buf, no, no lo hagas. De hecho no entiendo cómo la gente que disfruta mucho con ciertos libros de este tipo se los recomienda a todo el mundo en todo momento. Hay que empatizar un poco con la gente. Yo en otra época de mi vida o con menos libros leídos en mi currículo tiraría este libro al fuego, lo odiaría. Al principio pensé que era una tontería pedante y me costaba entrar pero luego no, admito que se ha convertido en una escritora que ahora me encanta. Pero si quieres relajarte leyendo busca otra cosa. Esto es más para cuando quieres emprender un juego difícil, alguna especie de desafío que te dará placer y conocimiento pero tendrás que pagar un precio y te tendrá que pillar con ganas. Todos los libros dan algo, pero algunos además te lo piden. Este pide mucho.Eso sí, no lo descartes para siempre. Algún día te vendrá muy bien.
    Andrés Barba, uno de los autores jóvenes de Granta. Como esta Pola. Un autor que me gusta leer también a mí. Creo que te va a gustar cualquier cosa suya. Ese sí. Y además también tiene calidad.

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