miércoles, 8 de agosto de 2018

Como el agua que fluye




Antes de llegar a este libro pasé por otros dos de la autora. Me refiero a su más que célebre “Memorias de Adriano” y al tal vez menos conocido “Opus Nigrum”. A mí el segundo casi me gusta más que el otro. Pero sobre gustos no hay nada escrito… que valga la pena.
Como el agua que fluye” es otra reedición. Esta es ya una señora que vive gracias a que ciertas editoriales siguen apostando por autoras del siglo XX cuya literatura ha envejecido poco. Aunque antes nos costaba, ya podemos considerar autores clásicos a los señores y señoras del siglo pasado. Creo que ya hay perspectiva suficiente para entender cuáles eran flor de un día y cuales han sobrevivido sin envejecer ni un día lo que escribieron.
Marguerite Yourcenar escribió mucho y bien sobre la Historia. Me sorprende que todavía se siga apostando por ella. Tiene un estilo clásico muy poco dado al dialogo donde sí prima la descripción (más de pensamientos o paisajes mentales que de escenarios pero a veces, también de estos últimos) por encima del diálogo. En un mundo de capítulos cortos, mucho diálogo, mucha separación de páginas en blanco, cuerpo de letra tirando a enorme, etc. es grato entender que hay mucha gente por ahí que todavía es capaz de leer la Historia vista a través de una mirada menos complaciente.
Esta novela son en realidad tres cuentos. La misma autora explica que los escribió con veinte años. Eran tiempos en los que la gente de veinte años debía tener una capacidad para resultar profunda y hasta una erudición que las tablets y los móviles están matando. Pero no me gusta llorar sobre la leche derramada o sobre la cultura evanescente. Es lo que hay. Y estos cuentos, todo hay que decirlo, fueron revisados posteriormente por Yourcenar.
En estos tres cuentos tenemos una historia de amor entre hermanos que Hollywood no aceptaría debido a que Hollywood a su manera es más conservador y viejo que la buena literatura clásica. Hay otra historia sobre un hombre que vive y muere y pasa por diversas vicisitudes del siglo XVII sin una gran cultura en su haber pero con una capacidad no inferior para extrapolar lecciones. Viene a decirnos que a los leídos de los no leídos solo nos separa el lenguaje. Es una excelente lección de humildad aderezada con más episodios sórdidos que no contaré aquí por no desvelar demasiado. 
El tercer y más breve de los cuentos nos habla del hijo del señor que aparece en el segundo cuento. Quiere dedicarse al teatro y vivir muchas vidas. Como los que leemos o los que escribimos.    
Otro buen libro de la autora aún perteneciendo a su obra menor y primeriza.
En cualquier caso siempre es mejor empezar por lo mejor que ha hecho. O no. Este es un libro breve.
Para amantes de la historia bien documentada y la filosofía. 

6 comentarios:

  1. Tengo Memorias de Adriano desde hace años en la estantería y aún no lo he abierto. Lo compré porque ya por entonces se consideraba un clásico pero me entró la pereza por todas las novelas históricas, incluidas las buenas, por culpa de unas malas, y hasta ahora sin leer nada de esta señora.
    Un abrazo.

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    1. El problema Dorotea es que si no te gusta la historia este no puede ser tu libro. Y sé que no es tu género preferido o me parece recordarlo de algún lugar donde lo has escrito. Y "Memorias de Adriano" es mucho mejor que este. Aunque insisto, se te hará muy espeso si no te va el tema. Tu instinto es el que no te ha dejado abrirlo. Confía en él. Aunque es una novela muy interesante. Un abrazo

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    2. Totalmente de acuerdo contigo, S. Quizás algún día llegue el momento, de momento voy a dedicarme a McEwan. :)

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  2. mE GUSTA LEERTE. yA SABES ESTOS PRENDIDA A NETFLIX Y A MINIS SERIES O PELICULAS DE LIBROS.lO PREFIERO ASI MIRANDOLO CON LOS OJOS
    ABRAZOS QUERIDO SIEMPRE

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    1. Gracias, lo de leerme ya es mucho. Aunque yo también veo series de esas a montones. abrazos

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  3. Quizás lea el libro vos das ganas de leer.
    por tu personalidad lo ameno que sos
    y lo caballero
    Por supuesto no bajaré la ventano ni ahora ni después beso

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