Jeanette Winterson tiene unos veinte libros
a sus espaldas y bastante éxito. No sé cuánto tiempo pensaba que iba a estar
sin que la detectase con mi radar pero ya ha sido bastante. Decidí empezar con
esta novela gótica suya. Según mis “investigaciones” no es representativa suya
o no la mejor, que La niña del faro
por ejemplo sí es una obra maestra. Pero es que no es fácil cazar sus novelas
en la biblioteca. No llega a los extremos de Lucía Berlín tras la que llevo
meses pero no le va mal. Se la llevan en préstamo muy a menudo. Al menos sus
novelas más exitosas. Esta no lo es.
La historia de esta historia hace
buena la máxima de que los agujeros oscuros de la historia es donde medran los
escritores. En el siglo XVII, en Lancashire, Norte de Inglaterra se juzgó por
brujería un grupo de mujeres. Una de ellas era Alice Nutter, una mujer que
vivía de su trabajo tiñendo ropa de color rojo oscuro. Esta mujer le había
caído en gracia incluso a la reina. ¿Por qué la incriminaron? No lo sabemos ni
probablemente lo sabremos pero para eso está la literatura. Para que nos lo
inventemos. En este caso para que lo haga Jeanette Winterson.
Buena parte de los personajes y los
hechos son reales. Salvo esos en los que la brujería es real y estas señoras
usan como tratamiento de belleza un elixir que las rejuvenece de viejas a
jóvenes en segundos. O esos lugares intermedios entre la vida y la muerte que
aparecen más como imagen lírica que cómo realidad o explicación del hecho
histórico. Porque eso sí me resulta increíblemente original y hasta inteligente.
La novela describe el periodo con una minuciosidad ejemplar y ese realismo
detallado contrasta con esos otros pasajes dónde la magia tira por tierra todo
el realismo y entramos (aunque brevemente) en el mundo de la fantasía. Lo que
no excluye que el lector se pueda montar su propia historia y la convierta en
novela histórica realista si así lo desea. A fían de cuentas muchas brujas
creían volar en escoba cuando lo que realmente les ocurría es que habían tomado
hierbas alucinógenas con efectos similares al LSD que hace tan relativas las
distancias, que te hace creer que efectivamente puedes volar. Aquí la brujería
está integrada en la historia a pinceladas que bien pudieran tomarse como
alucinación. Aunque el camino opuesto, el de dar por válida la magia y admitir
que es parte de esta historia también es una solución posible.
Le encuentro un par de pegas no
demasiado graves.
La primera es que al principio la
sucesión de nombres es tan grande que puede llegar a confundir. Y eso que
algunos son personajes históricos y muy conocidos por mí (John Dee el
matemático, ocultista, etc. es admirado por el mejor guionista de cómics del
mundo, Alan Moore, y conozco mucho sobre su vida y obra). Tenemos a Shakespeare
haciendo un cameo con la protagonista. Y a la reina y al rey Jacobo I. Y se nos
habla de la conspiración de la pólvora, de cuando varios católicos ingleses
(Guy Fawkes, Robert Catesby) quisieron volar el Parlamento de Londres y también
matar al rey Jacobo y al resto de parlamentarios protestantes. Guy Fawkes también
es célebre para los frikis que leímos o vimos “V de Vendetta” del mismo Alan
Moore. La máscara del personaje que también quería volar el Parlamento de
Londres y admiraba a Fawkes acabó en la cara de los actuales seguidores del
movimiento Anonymous.
Pero vamos, que a pesar de los muchos
conocidos que veo, se acumulan los personajes y durante las primeras páginas
puede confundir a un lector poco avezado. Recomiendo que no perdáis de vista
que el personaje principal es Alice Nuttel y el grupo de brujas que van a
quemar y puede que uno de sus amantes. Y que a medida que avanza la novela, se
va aclarando la situación.
La otra pega es que es una novela
corta pero una historia muy ambiciosa. Me da la sensación de que es un trabajo
esforzadísimo el de montar está trama con una época tan bien construida pero
que todo transcurre muy rápido, se desperdicia potencial. Para muchos no será
una pega. Empiezas y acabas en un par de tardes y te llevas montañas de
información.
Porque sí, da la sensación de que se
ha cuidado mucho la verdad histórica cuando así lo ha requerido la narración.
Todos los personajes son reales y actúan como se conoce que lo hicieron menos
cuando se van por el camino de la mano izquierda (el de los demonios y tal, yo
eso se lo dejo a Iker Jimenez pero soy más bien escéptico, como dice Alice
Nuttel en varios pasajes, no creo en brujas por más que ella… mejor no contar
tanto).
Antes hablaba del dualismo
realismo-fantasía que se da en la historia. También se da el dualismo
cochambre-belleza. Tienes pasajes verdaderamente hermosos al lado de torturas
de la Inquisición, escatología maloliente de celdas inhumanas, ratas en
abundancia medieval, violaciones, endogamia… Lo peor y lo mejor del ser humano
pero yo diría que más de lo primero que de lo segundo aunque ya me parece
justo.
La otra dualidad que detecto es la de
las brujas en apariencia terribles sucias y malintencionadas contra la no menor
maldad de los hombres que las violan, las chantajean o con la excusa de la
religión se excitan torturándolas. Un “hermoso” paseo por lo que da de sí la
humanidad y sobre todo su crueldad (más la masculina que la femenina, las
brujas no llegan al nivel brutal de los representantes de la ley ni de los
religiosos).
Así que una novela más que
interesante que augura un futuro en el que regresaré a esta autora para
disfrutar sus mejores platos. Este solo ha sido el entrante pero no me ha
dejado indiferente. Hubiese deseado que me dejase así en algunos pasajes
francamente escabrosos pero es lo que hay, no podemos desviar la vista de la
realidad porque si lo hacemos nos engañamos a nosotros mismos.
Jeanette Winterson hace que su
personaje se abra paso a través de un mundo con doble moral, hipócrita,
opresivo.
Para los interesados-as decir que el
lesbianismo de la autora no debió casar bien con el fervor religioso de sus
padres y se fue pronto de casa. No debería ser relevante pero estos detalles
ayudan a entender a veces lo que sucede en una novela o por qué ciertos
personajes actúan de tal modo. Porque alguno de ellos parece un alter ego de la
autora y de sus luchas.
Pero vamos, que mejor anteponer
siempre la creación artística a cualquier otra apreciación.
“La
magia es un método-había dicho John Dee-, nada más, y nada menos, que una
manera de conseguir que las fuerzas sobrenaturales se hallen bajo el dominio
humano.” Pág. 46
“Soborno
e intimidación…, aunque todo es legal, puesto que lo lleva a cabo la ley.”
Pág.144
“Si
Alice es una bruja, ¿Cómo puedo amarla? La amaría aunque fuera una loba que le
arrancara el corazón. Y se preguntó qué revelaba eso acerca del amor”. Pág.
157
Amarla intensamente
ResponderEliminarsin pensar
dejando la mente en el silencio de la oscuridad
del recuerdo
mil besos compañero
Besos, Recomenzar, si no me ves por tu espacio es por lo que le digo a Dorotea. Vacaciones lejos del ordenador (o casi).
EliminarQué buena pinta. No puedo pasar por aquí, que se me antoja todo :)
ResponderEliminarMe da mucha rabia lo que pasaron esas mujeres. Sí, sé que también hubo hombres torturados, juzgados y condenados, pero a una gran parte de ellas se las juzgó por salirse de la norma, por ser independientes e incluso por hacer cosas que estaban destinadas únicamente a los hombres.
Sobre tu última apreciación a cerca de la orientación sexual de la autora, creo que es inevitable que influya en lo que escribimos, sin que se deba juzgar nuestras creaciones solo por eso.
Un abrazo.
Creo que la rabia te sobrepasaría si leyeras el libro. Los hombres que salen aquí(salvo dos o tres caballerosos) son un poco peores de lo que piensas, incluso aunque pienses mal. De todas formas que el libro no me dejase indiferente ya demuestra que esta escritora, con palabras, hace lo que quiere. Y como he dicho, no es el mejor criticado de los suyos. ¿Como será lo que no he leído? Pronto caerá otro y lo contaré.
EliminarSobre la orientación sexual influye como influye hasta la infancia que hemos pasado. Juicio ninguno. Pero entendemos que ciertas denuncias te interesen más que otras. Y está bien. Porque está bien hablar de lo que conoces. Aún así, tengo que decir que las biografías de ciertos autores-as nos fascinan a veces casi tanto como sus libros. No lo digo por esta en particular pero pasa. Un abrazo, Dorotea, llego tarde a lo de responder porque estoy "vacacioneando".
No te preocupes, pasamos cuando podemos :) Disfrútalas!
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