lunes, 9 de noviembre de 2015

"Nosotros caminamos en sueños"

A Patricio Pron le conocí porque era uno de los listados entre los veinte escritores jóvenes iberoamericanos más importantes que salió hace unos años. Eran la generación Granta 2010. Desde luego qué fácil es inventarse una generación. Coges unos cuantos individuos de edades similares que escriban más o menos bien, los juntas, los fotografías y ya tienes generación. Aunque luego entre ellos se parezcan como un huevo a una castaña.
También disfruté del mal rollo que tenía con Alberto Olmos, un compañero de generación. Patricio le reseñó malamente en un blog y el otro se picó. Lo curioso es que el ofendido, Albertito, tenía y tiene un blog de literatura llamado “Lector mal-herido” dónde ha apuñalado a montones de escritores y libros. Divertido sí, mucho, pero sólo es una de esas diversiones malsanas que te hacen sentir mal contigo mismo. Patricio no es tan provocador como el otro pero sí dijo que no le convencía mucho “Ejército de Salvación” de Olmos y lo argumentó.
Debo decir que en algún momento he disfrutado con lo escrito por Olmos y en otros con lo escrito por Pron. A mí me da igual que no se quieran entre ellos. Yo soy público de ambos. Como ese amigo que está peleado con otro y tu les sigues hablando a los dos, en esto no tienes que meterte.
Pero hablando de este libro… Bueno, decir que aunque esta es una edición reciente y ampliada salió originalmente con el título “Una puta mierda” en el 2008 y es novela primeriza del escritor argentino. Tal vez por eso no me ha gustado tanto. Yo he leído todo lo que le sigue y me pareció bueno, especialmente sus cuentos. En sus cuentos coge un pequeño detalle irrelevante y lo estira y le saca jugo como el monologuista español Luis Piedrahita que quiere ser el Dios de las cosas pequeñas. En esta novela hay atisbos de lo que vendría después pero no me sorprende. Y además le veo todas las referencias que son tantas que ya me salgo de la narración. Habla de una guerra imaginada en las Malvinas y contra los ingleses. Sí, imaginada. No se adapta a la realidad. Es kafkiana. También me recuerda al teatro absurdo de Beckett. La guerra es en las trincheras y contra un enemigo que no vemos y recuerda muchísimo a “Senderos de gloria” de Stanley Kubrik basada a su vez en la novela de Humphrey Cobb.
Aún así tiene sus momentos y es divertida. Siguiendo con las comparaciones con monologuistas hay escenas que me recuerdan a Gila. Hay una dónde unos turistas japoneses que pasan por las trincheras se quejan al alto mando porque en la agencia les prometieron que podrían fotografiar muchas mutilaciones y no están cumpliendo con el acuerdo.
En fin, diría que de la guerra ya se ha hablado más y mejor en por ejemplo “El miedo” de Gabriel Chevalier, “Trampa 22” de Joseph Heller, y muchos más. Y que algunos lo hicieron muy bien porque la vivieron y saben mucho de lo que cuentan. Pero Patricio Pron por lo menos, no aburre. Incluso aunque no estuviera allí y solo toque de oídas(y se base en las mentiras que daban los informativos o sus profesores sobre el conflicto).  
Claro que esto es comedia. O surrealismo. O no sé. Patricio Pron no es muy clasificable.

Pasable. 

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