martes, 29 de enero de 2013

Crimen

Tengo que confesar que a Irvine Welsh lo saco de la biblioteca cuando me quedan quince minutos para cerrar, me entra el terror de no tener nada que leer y rascando en el fondo del barril recuerdo que este hombre siempre tiene alguna novela que no he leído. Y que mejor eso que irme con las manos vacías. Este año ha sido especialmente dramático ya que he leído dos libros suyos pero ahora estoy con "Crime"(y que me perdonen los muchos seguidores que me consta que tiene). No digo que sea un mal escritor. Sólo digo que no es un genio y que hasta la fecha siempre lo leía por echarme un par de risas o tres por libro(escasas expectativas por lo que veis) y por no recurrir a la televisión que siempre será peor que el peor de los libros. Este señor fue el que escribió "Trainspoting" y me hizo disfrutar hace más años de los aconsejables para criticar su obra mas conocida. Es un escritor que se mueve muy bien entre la jerga de drogadictos y delincuentes, entre las historias de perdedores de arrabal escocés(aunque debe haber viajado a América ya que encuentro cada vez más referencias en sus novelas a Estados Unidos), entre escenas desagradables pero vistas desde, ya lo he comentado, el sentido del humor. Un sentido del humor grueso y alejado de la ironía más sutil en muchos casos de sus vecinos ingleses(en realidad ingleses son todos mientras no lo decidan las urnas y Escocia se independice algo que tal vez no ocurra nunca, si bien encuentro grandes diferencias entre sus literaturas).
En esta novela sin embargo Irvine Welsh se ha esforzado lo suficiente como para subir un escalón en lo que se esperaba de él. No es más de lo mismo. Y por suerte tampoco menos. Welsh se documenta sobre las redes de pederastas y consulta y lee por los canales más oficiales(y evita Internet por miedo a que le confundan con uno de esos  pederastas a los que quiere retratar) y nos brinda una historia policíaca con tintes de Road Movie(ese largo paseo por una Florida particular que sólo podía surgir de su mente escocesa), con algo de aventura y de acción pero por encima de todo de redención. El personaje principal, uno de los secundarios de sus novelas(Irvine Welsh tiene un universo literario en el que todos sus personajes se comunican y en el que cualquier secundario puede acabar como personaje principal), es un policía de vacaciones a punto de contraer matrimonio con Trudi. Sus fantasmas personales no le dejan vivir. Sufrió un episodio de pederastia en su infancia que le dejó marcado y ahora es un policía en lucha contra su pasado. En una parte de la novela dice que se define más por sus fracasos que por sus aciertos. Esto le aporta una ternura al personaje y una profundidad que rara vez he visto por las páginas del señor Irvine Welsh. La relación que mantiene con una niña a la que trata de salvar de unos pederastas es menos obvia y edulcorada de lo que otros autores hubiesen hecho con este material y ese es otro punto positivo a favor del escritor. El lado negativo es que si lees la contracubierta y lees la sinopsis tienes todo lo que ocurre en la novela hasta la página doscientos más o menos. Siempre he creído que las cuatrocientas páginas que Irvine Welsh le dedica a sus libros son más de lo que necesitan todos sus libros. Incluso cuando escribe cuentos y algunos le salen muy largos. Pero eso sí, llega un momento en el que conoces al personaje tan bien como si fuera uno de tus amigos y Ray Lennox va evolucionando junto al lector a lo largo de la historia.
No sé si "Crimen" es lo mejor de este autor. Sólo sé que es algo nuevo y un buen intento no perfecto para escribir sobre algo que no sea lo de siempre. Y le respeto mucho por esto.       

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