lunes, 11 de junio de 2018

Manual para mujeres de la limpieza




Por fin lo conseguí. Tanto leer sobre ella. Tantas tardes consultando el catálogo de la biblioteca y ver que estaba en préstamo y con varias reservas. Un libro con tantos pretendientes-as y una crítica tan unánimemente unida por lo positivo sólo preludiaban un gran libro. Y por supuesto una gran decepción. Porque el libro había crecido tanto en mi cabeza que había llegado casi al tamaño del mito.
¿Qué me he encontrado? Pues un libro de cuentos muy bien escrito, sin florituras, muy directo y que muestra el talento de una escritora que con otra vida y más dedicación pudo haber llegado a más.
Porque Lucía Berlín, al más puro estilo de los narradores-as americanos trabajó de todo menos de escritora, esto último le llegó tarde y con escaso reconocimiento, no vivió de su arte. Desde enfermera hasta señora de la limpieza. Además de bregar con la terrible enfermedad del alcoholismo que asoma en varios cuentos su lado más cruel (aunque Lucía Berlín intenta hacer divertido el episodio más atroz).
Aunque es una recopilación de cuarenta y un relatos ordenados de más antiguo a más moderno, se puede leer como novela. Se repiten constantes y muchas veces el personaje principal del cuento parece un alter ego de la misma Lucía. En los viejos cuentos ves a su hermana sana o a un submarinista mexicano con el que tiene una aventura y en cuentos posteriores aparece su hermana ya enferma o el profesor de submarinismo viejo y recordando la aventura. Salvo en unos pocos cuentos dónde la autora se traviste de hombre para contarnos una historia de cárcel, otra de un abogado que se deja fascinar por su clientes(en un cuento muy Highsmith por esa fascinación) o en el durísimo relato de una mujer que tiene que luchar para mantener a su bebé y a ella misma con vida en un lugar más que hostil, en casi todos hay referencias a otros cuentos.
He recordado a Buckowski. Sus cuentos empiezan con el pretérito imperfecto del mismo modo. Como si se tratase de una anécdota que alguien recuerda y de modo oral te cuenta en un viaje “Yo estaba en aquel país haciendo…” . La anécdota empieza y te cuenta algo pero no necesariamente se remata con un final perfecto. A veces termina inesperadamente. De cualquier manera. Como si fuese el pedazo de una historia que tú mismo te puedes montar en tu mente. Igual que en el viejo Buck. La economía de palabras también lo recuerda. Y el ritmo. Y sin embargo no hay que caer en la trampa de las comparaciones. Cuando acabas el libro ya te das cuenta de que son objetivos distintos los perseguidos. Hasta el alcoholismo se ve desde ópticas diferentes. El viejo escritor se ufanaba del alcohol que bebía. Con Lucía Berlín no te apetecerá entrar en ese mundo malsano de la dependencia etílica.
En fin, una notable escritora de la que esperaba un libro excelente pero al final se queda en un siete sólo por la desgracia de las expectativas pero que a pesar de todo, es bastante recomendable.
Sigue triunfando en las librerías.     

6 comentarios:

  1. Me encanta tu manera de escribir como te expresas cuando hablas de algo, te desnudas y te metes de una manera simple para hablar de la escritora, y sin ponerla en un pedestal la cuentas a ella y luego cuentas las letras. Me encantas muchacho !!!!!!!!!!!!!!!!!me gustaría que escribieras de vos
    de ti
    y tambien quizas
    porque no de mi..s
    in regalarme nada ...
    jajaja
    Me haces volar cuando te leo
    besossssssss

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  2. Gracias, S. Yo también tenía a este libro en un pedestal, en uno bajito, pero pedestal al fin y al cabo. Qué malo es eso a la hora de leer un libro o ver una película. La verdad es que no sé si alguna vez lo leeré porque los relatos no son lo mío y no me acerco a ellos muy a menudo, pero ya sé a qué atenerme. :)
    Un abrazo.

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  3. Pues al menos yo he desinflado un poco el "hype" así que si alguna vez tienes la ocasión de leerlo no tendrás tantas buenas expectativas. Eso puede ser hasta bueno. En cuanto al tema relatos... Sí, lo son, aunque guardan mucha homogeneidad. el mejor de ellos es el que da título al libro, original y divertido pero se te acaba pronto. Saludos

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  4. Gracias, Recomenzar. Si alguna vez te pasas por mi perfil pincha en Todo esto para qué. Ahí lo cuento todo sobre mí. Todo, todo. Y ya veremos si a este paso sobre ti, je,je Un beso

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  5. Me han entrado ganas de leerla; me lo apunto en futuros fichajes :)

    Un saludo

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  6. S.: me tengo que tragar mis palabras. Acabo de terminarlo pero sin recordar absolutamente nada de tu comentario. Resultado: hago míos tus dos primeros párrafos. Podría dividirlo en tres partes. En la primera no le cogí el punto, me daba una pereza horrible cogerlo. En la segunda lo disfruté mucho. La tercera me aburrió por repetitiva, aunque dos de los cuentos que más me gustaron están al final. Reconozco su habilidad, me gusta su estilo, su sentido del humor, pero me ha faltado algo para conectar. La experiencia global es buena, pero decepcionante al mismo. ¿Puede ser?

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