A Pilar Adón la sigo desde hace
tiempo en varias de sus encarnaciones. Como cuentista, como entrevistada (sí,
me gusta mucho lo que explica sobre literatura, es una lectora voraz), como
traductora para Impedimenta, ¡hasta en el facebook la sigo!
Tal vez por eso quería leer desde
hacía tiempo “Las efímeras”. Es una novela que ya partía con varias buenas
reseñas. Porque esta mujer escribe muy bien. Su narrativa se enmarca en ese
estilo que crea atmósferas más que historias al uso. También hay una buena
construcción de personajes. Sin prisa. Lo que sucede en sus historias sucede
más dentro de sus personajes que fuera. También destaco el simbolismo. En esta
historia todos los personajes tienen un animal totémico. En el caso del
personaje Dora el lagarto, en el de su hermana el capullo que se hace mariposa,
los hombres somos bestias cercanas al lobo o al cerdo claro, ya me voy
acostumbrando (aunque sigo sin aceptarlo al cien por cien), por ahí va el
asunto.
Pero como sé que hay gente a la que
le interesa la historia que se cuenta aquí va el resumen. Dora Y Violeta son
dos hermanas que se relacionan como muchas hermanas o amigas que conocemos. Una
domina sobre la otra. En realidad en las parejas casi siempre es así pero en
este caso es flagrante la dominación de Dora sobre su hermana. Estas viven
aisladas a las afueras de una comunidad. Dicha comunidad es un lugar llamado la
Rouche que vive en una gran casa con las habitaciones en forma de colmena (son
como insectos, en realidad todos lo son, efímeros y efímeras). Su estilo de
vida es la autosuficiencia. Pero un día la hermana pequeña, la dominada, se lía
con Denis, un tipo de turbio pasado y se va con él.
Mientras, en la comunidad, Anita
controla a su propio grupo de gente. Ella también mantiene una curiosa
relación con Tom, otro tipo interesante
aunque de modo diferente a Denis. En realidad la historia parece más
interesante de lo que luego resulta sobre el papel. Pilar Adón no tiene prisa
por que sucedan acontecimientos. Va presentando en episodios autoconclusivos a
sus personajes. Con un ritmo ente lento y estático. Más centrada en su poética
escritura y en el cómo se cuenta que en el mismo contar. Y como escritora de la
técnica por encima de la visceralidad todos sus elementos derivarán en una
conclusión calculada. Ella es la creadora de su universo. Es su dios absoluto.
Nos propone sus propias reglas sin explicarlas pero se entienden. Es un
universo sin tiempo (aunque leemos sobre un coche sin modelo que al menos nos
sitúa del siglo XX en adelante), hay una naturaleza dura, bíblica y que da
miedo (me recuerda al Lars Von Trier de la película “Antichrist”), hay
sensación de irrealidad a pesar de que no hay elementos claramente
sobrenaturales.
Como detalle diré que el hecho de que
la comunidad se llame La Rouche no parece nada casual, fue una escuela
francesa, laica y autogestionada entre los años 1904 y 1917. En cuanto a los
nombres tan poco españoles de los personajes parece más bien ese esnobismo que
tenemos los anglófilos por lo de fuera (aunque cuando yo escribo en la
intimidad tiro del santoral autóctono, me gusta lo inglés o lo francés pero no
desprecio la península, creo que en cualquier lugar cuecen arte o belleza).
Como pega, decir que a ratos se me
alargaba toda esa calma a la hora de contar y también el hecho de que Adón me
parece escritora de escritores. Por y para ellos. Demasiado. Falta sentimiento.
Falta soltarse el pelo y convulsionar al lector, sacar lo que tienes en las
entrañas y luego sí, ordenarlo con tu intelecto pero sacar algo menos perfecto. La belleza por sí misma no es
suficiente. Los libros que quedan dentro de ti suelen ser más humanos. Y este
es un libro que asfixia sin tregua. También es una máquina que de tan perfecta
está pidiendo a gritos algún fallo. No sé.
“A veces, dos personas que no se conocen de nada pueden tener las mismas
impresiones, moverse por estímulos idénticos, lamentarse y arrepentirse de lo
mismo, formarse juicios y presentir exactamente los mismos hechos venideros. Y
no saberlo” pág. 144
“A mí no me interesa la belleza comúnmente aceptada, ya lo sabes. No me
ha interesado nunca. Cuando veo cuerpos perfectos, una piel límpida, el pelo
ordenado, las medidas correctas…. Son elementos que no me sorprenden. No me
conmueven. Prefiero detectar algún descuido. Alguna flaqueza. Los cuerpos impecables
no han vivido…”pág. 206
“Creo que fue Schopenhauer quien dijo que el instinto social de los
hombres no se basa en el amor a la sociedad sino en el miedo a la soledad, y
estoy totalmente de acuerdo” pág.216
Tu reseña me ha llevado sin dudarlo a la comunidad de El bosque, con personaje pelirrojo incluido, como la de la portada. En cambio las hermas me han recordado a las de Baby Jane. Iba a decir que al menos es un libro sugerente, pero no, lo que es sugerente es tu reseña :)
ResponderEliminarGracias, Dorotea, lo del bosque sí, me recuerda bastante ahora que lo dices. Lo otro... ¡también! Tal cual las Baby Jane pero más jóvenes. Siempre hay referencias del pasado. Lo que ocurre es que luego nuestra personalidad las destila en algo nuevo. Saludos
ResponderEliminarAl igual que Dorotea, me ha gustado tanto tu reseña y tu forma de hablar del libro, que lo voy a apuntar en mi lista de pendientes. Las citas que has resaltado son interesantes, lo que menos me gusta es lo de que sea lento. En mi "rehabilitación" de la lectura, necesito algo más, que los hechos se sucedan algo más rápido o que ocurra algo, porque para monotonía ya tengo bastante con mi rutina diaria. Aunque bien es verdad, que aprecio mucho los textos bien escritos.
ResponderEliminarY ahora voy a investigar más sobre esta autora a la que no conocía.
Pues ya está, Noe, de momento no. Si quieres que pase algo, aquí te desesperarás. Es por eso que aviso. Me puede gustar mucho un libro porque en ese momento necesitaba un buen chute estético. Si por el contrario me apetece algo más liviano, este libro no es adecuado. De todos modos, en otra ocasión, no olvides que fragmentos tan bien escritos o mejores que ese están por todo el libro. Para leer con calma. Las novelas del tirón son otra cosa. Saludos
ResponderEliminarme encantas cuando redactas sobre lo que te gusta
ResponderEliminarme dan ganas de leerlo
Que la vida te traiga todo lo que te hace feliz
un abrazo inmenso y buen fin...de año
Yo también te deseo un buen fin de año y que se cumpla todo lo que desees y hasta todo lo bueno que no se te haya ocurrido desear. Un abrazo
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