Por mi experiencia lectora,
Periférica tiene dos clases de libros: los raros y los libros que tratan sobre
libros. A los últimos me apunto mejor que a los primeros así que este fue
recolectado nada más verlo en su estantería. Petra Hartlieb nos cuenta su experiencia
cuando compra a medias con su marido una librería en Viena. El libro es nada
más que eso. Y todo eso. Contado directamente, rozando lo coloquial, sin
efectismo alguno. Directo. Muy simpático si se me permite también el
coloquialismo. A lo largo de sus páginas vemos las dificultades de los libreros,
el inmenso esfuerzo de jornadas de más de nueve horas intensas en las que
hablas y hablas sin parar y descargas libros y te multiplicas porque si no, no
sales adelante. Pero tengamos en cuenta que esta librería parece de las que
funcionan, dudo que sea extrapolable a esas librerías que cierran y ves vacías
por ahí.
La autora nos cuenta casi en
confidencia hasta los problemas con su marido o su suegra. También, de un modo
natural, cómo se va a dormir con una o dos copitas de vino para coger el sueño.
No sé si se da cuenta pero de una manera suave eso es alcoholismo.
La novela no tiene el habitual
inicio, nudo y desenlace. No hay más conflicto que levantar esa librería y no
hay más malvado que Amazon que sale más de cinco veces mencionado como el
terror de los pequeños libreros.
La novela en realidad es más
documental que literatura pero si te interesa este mundo ya cumple con su
función de entretenimiento y hasta de aprendizaje sobre el mundillo.
También te aporta la convicción de
que si amas lo que haces, cualquier sobresfuerzo te compensa. Esta librería
acaba siendo como un hijo. Miles de problemas pero al final no renunciarías a
ella por nada del mundo.
Un libro interesante pero no busques
más historia que la que indico. Y ahora que Isabel Coixet se ha llevado un Goya con una historia que también habla de libreras basada en una obra similar es un buen complemento si te va este subgénero de la literatura(libros que hablan de libros o de librerías).